
El ser humano está hecho de sueños e ilusiones, esperanzas y emociones, de Libertad.
Tú te sientes atrapada, en una cárcel de huesos, en una cárcel sin rejas, presa de lo cotidiano, de lo mismo, de lo indistinto; de la gente que va, de la que gente que viene, de la que para en tu camino, de la que se queda para siempre en tu interior.
Vives cada momento con especial intensidad, tus alas de cera derretidas se vuelven sólidas con cada palabra, con cada gesto de dulzura qué te dedican.
Sueñas con ir lejos, con elevarte con la brisa; sueñas que eres aire, que vas y que vienes, que nada te retiene.
Te crees una persona libre, pero eres dependiente de tu corazón y a veces quisieras imperar sobre él, pero no sabes, no puedes, y vuelves a caer en la misma espiral que te ha visto fracasar tantas veces.